La tasa de separación y anulaciones matrimoniales es cada vez más alta, por ejemplo, en los Estados Unidos, según un informe del Centro Nacional de Estadísticas de Salud, cada año hay alrededor de 800,000 divorcios. Mientras que en otra encuesta, un buen número de estadounidenses reconoce comportamientos disfuncionales con respecto al dinero con sus cónyuges, incluida la mentira sobre el dinero a sus parejas.
Es decir, que estar en sintonía con tu pareja con respecto a las finanzas es algo que no tiene que pasar por alto, sino que debe existir una charla abierta y honesta incluyendo temas más delicados como deudas.
Una vez que hayas dado ese primer paso, es importante ir al centro de la cuestión, como lo es por ejemplo, el presupuesto familiar. El planificar un presupuesto realista con tu pareja, te dará una base sólida para mantenerse juntos en el camino financiero correcto.
Hoy te acercamos cuatro consejos que te ayudarán a la hora que te sientes a planear el presupuesto con tu cónyuge.
- Calcula lo que gastas y lo que realmente necesitas gastar
El primer paso para crear un presupuesto es revisar cuáles son los gastos mensuales. Puede serte útil imprimir detalles de las tarjetas de crédito y facturas de servicios. También puedes hacer un seguimiento del pago del seguro, entre otros. La única forma en que podrás tener un panorama completo es si logras realizar un buen detalle.
Una vez que hayas expuesto todos los gastos, es hora de categorizar: Por un lado estarán las necesidades familiares y por otro los gustos individuales. Cada persona tiene diferentes actitudes hacia las cuentas conjuntas y la mancomunación de ingresos. Independientemente de que si tú y tu cónyuge tienen cuentas bancarias separadas o conjuntas, es vital saber cuánto dinero requiere la unidad familiar cada mes.
Lo importante es definir esas necesidades y ver qué cuadren. En este punto hay que tener en cuenta los gastos del seguro médico, la membresía de la asociación de propietarios, el alquiler, etc. No debes incluir cosas como una conexión a Internet o incluso la manicura. Obviamente, si ganas lo suficiente para cubrir esos costos, eso es genial. Incluso podrían ser «necesarios» para la profesión de alguien.
- Sé honesto
El primer paso para apegarse a su presupuesto es hacer que este sea realista desde el comienzo. No sería lógico pensar que podrás ahorrar $3,000 al mes con un salario de $4,000 gastando más de $800 al mes solo por tu departamento, eso no es realista.
Aunque puede ser complicado ver los gastos de manera realista, es importante para crear un futuro financiero sólido. Cuanto más gastes en decisiones racionales, mejor.
Si haces un presupuesto poco realista, siempre te sentirás mal por los gastos, ya sean necesarios o no y eso también te conducirán a un desgaste emocional. El poder crear un presupuesto sólido, le proporcionará a la pareja herramientas para tomar decisiones financieras inteligentes a futuro.
Por último, considera aumentar tu presupuesto mensual entre un 5 % y 15 % extra para los imprevistos. Aunque eso puede parecer elevado, cubrirá costos como la reparación de tu auto, una visita de emergencia de tu mascota al veterinario o la cuota anual de una membresía profesional, costos que también podrían deducirse de un fondo de emergencia familiar.
- Prioriza la creación de un fondo de emergencia familiar
Una vez que hayas dividido los gastos en «necesidades familiares» y otras, vas a tener una idea básica de lo que tu hogar requiere mensualmente para existir. Cualquiera que sea ese número, triplicalo y ese es un buen indicador de lo puedes necesitar para un fondo de emergencia .
La creación de un fondo de emergencia para el hogar ayudará a aliviar el estrés financiero. Si sabes que puedes cubrir los costos operativos de tu familia durante unos meses, será un motivo menos de discusión por el gasto de tu pareja en el comercial.
- Decidir cómo administrar las cuentas conjuntas y las personales
La parte más difícil de hacer un presupuesto con un cónyuge es el hecho de que son dos. Pone sobre la mesa muchas inquietudes del tipo, si una de ellas gana más que la otra, ¿debería contribuir en forma proporcional? Si tu pareja tiene una deuda, ¿es justo que tú también la pagues? Si tu cónyuge tiene un trabajo que requiere un guardarropa profesional, mientras tu trabajas desde casa, ¿debería tener una mayor asignación para la ropa?
Todas estas son preguntas muy personales cuyas respuestas varían mucho según cada pareja. Si bien tu y tu pareja pueden tener respuestas diferentes, lo importante es hablar sobre cada escenario para que puedan ponerse de acuerdo sobre algunos conceptos básicos y evitar engaños.
Si tienen ideas muy diferentes sobre cómo juntar dinero, intenten concentrarse en las necesidades de la familia en lugar de los deseos personales. Para algunos, mantener cuentas separadas es muy importante y les da una sensación de seguridad financiera pero aún así pueden compartir las finanzas familiares, si cada uno contribuye con una cierta cantidad en el hogar.
Para otras familias, juntar dinero y luego dar a cada miembro de la pareja una asignación mensual para sus propias necesidades es una buena manera de asegurarse de que ambos estén contribuyendo. Al mismo tiempo, permite controlar el dinero propio cuando se trata de cosas que disfruta, como una suscripción a Netflix.
Conclusión: Si te enfocas en el panorama general, será menos probable que se generen discusiones por pequeños detalles. Y al crear un plan a largo plazo en el que ambos estén de acuerdo, ayudará a que no te sientas frustrado por algunas cosas en las que crees que tu cónyuge gasta dinero de manera innecesaria. Porque esa calle va en dos sentidos y nadie quiere pasar décadas discutiendo por los mismos temas.